miércoles, 25 de noviembre de 2009

Here we go

Vamos a perdernos en las calles de don nadie, vamos a ser alguien entre asfalto y emigrantes. Vamos con Sabina que nos invita a reconstruir el bulevar de los sueños rotos y haremos de las cenizas un lugar que yo conozco. Vamos a cumplir promesas y quemar papeles y decir adiós a la indiferencia y el pesar de no encontrarnos. Venga, vamos a ponernos zancos y danzar juntas en un baile improvisado, de piratas, de café, de bicicletas.


martes, 24 de noviembre de 2009

Echo de menos mi cama revuelta.


Quédate en la comisura de mis labios y ahógate en la saliva que cuelga de mi alma. Báñate entre mis manos, deja que flote sobre tu cuerpo, cuéntame un cuento, ven, que tú y yo haremos un intento en un momento por reconstruir Babel y llegar al cielo, al encierro de las estrellas a las historias y los inventos. Leamos un libro en Alejandría y soplemos las cenizas que deshacen las leyendas de tu alcoba y la mía, que solo tú mi amor, sabes de lo que hablan las llanuras y montañas de calor y esmero. Que sin ti Deméter me vuelve invierno, que sin ti ni soy ni me entiendo. Se me cruzan las palabras, no más que los pensamientos y me pierdo entre letras que solo gritan tus gestos y me chillan tu silueta, tu piel donde me entretengo y aborrezco el tiempo, que me separa de tus intentos por quererme, por encontrarme. Yo te brindo mi mano, bebe de ella, sal corriendo y derrama lo que queda en tu ánima, llénate de mí. Ven, come la manzana, creemos un génesis sin serpiente, sin pecado, con nueva cronología, con la lección aprendida. Revuélveme las entrañas, llénamelas de lepidópteros ansiosos por comerme el alma y yo entonces, me alzo , sin freno y sin miedo.




viernes, 20 de noviembre de 2009

Yo, que un día te quise siempre.

Llenas cada espacio, cada recuerdo, cada momento, cada paso de mi camino.
Eres mi pasado y serás mi futuro.
No sé si recuerdas que firmamos un pacto entre los dos, entre besos, en la cama.



Alfa 
Omega

martes, 17 de noviembre de 2009

Renazco.


No respiro, ni inspiro, ni me inspiro. Solo expiro y suplico y me escondo y me pongo, de todo, menos seda. Hoy camino y no miro, ni contemplo ni me compadezco. Hoy no tengo consideraciones ni con mi ego ni con mi drama, ni con tus penas y desatinos. Hoy recorro y emprendo, y rompo y destruyo, y te borro sin hasta luego. Te digo hasta nunca, sin para siempre, te digo adiós, te quedas sin entrar. Hoy no estás, te has ido, vuelves, te elimino y continúo mi recorrido. Ni existes ni has existido, me pesas como un abrigo. Hace calor, me desnudo, corro entre las flores, me exito. Te olvido, tan fácil, tan rápido, tan dolorosamente y tan hipócrita. Te miro, no te conozco ni me conozco, no quiero conocerme ni recorrerme entre suspiros y vergüenza. Soy más grande que tú y que yo, soy más grande que el pasado y de lo que he sido. Soy, por encima de ti y tus intenciones. Este maltrecho renace entre infértiles palabras, que lejos de crecer, se encadenan fuera del alma. Esta descalabrada y humillada, se recompone y compone entre hilos su almohada. Esta que está aquí y te narra, esta que está vapuleada huracana las bambalinas del teatro arañado por zapatos de actores que interpretan y atentan contra su propia ética. Entre brazos que amortiguan, entre olores familiares, entre sueños fortalecidos, entre utopías realizadas, entre orgasmos insuperables, entre caricias magistrales, entre momentos inolvidables, entre damas y caballeros, entre amigos. Renazco, con alas.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Dejé de contar


Dejé de contar porque dejó de importarme el tiempo. Aprendí que solo con el tiempo y sumergida en cada embrollo de su inmortal presencia dejaba de ser. No puedo evitar anhelar aquellos momentos idílicos que superan las utópicas fantasías irrealizables y que nunca pasaron pero que se repiten una y otra vez en mi memoria, alzándote al panteón envejecido de traiciones, ambrosía y desamor. Nada es más redundante que tu remembranza, apareces como un fantasma encadenado en mi castillo de escombros y me atraviesas. Te arremolinas en mi pelo y en mi paciencia y te escabulles de cada adiós con pretérita maestría. Ya lo sabía, eres un genio sin Nobel y aún así me sometí a tus encantos desabridos y monótonos que por momentos y en mi cordura se alejan de mi entelequia pluscuamperfecta. Siento mentirme tanto como engañarte, pero no sales de mi ficción, esa que más que de Óscar, es un show.