A veces el tiempo decide por nosotros y eso es genial, nos quitamos responsabilidades del medio tachando días en un calendario. El problema de no asumir las constantes de nuestra ecuación, es que se vuelven totalmente invariables y es entonces, cuando al hacer cuentas, entendemos que el resultado no es más que un puñado de indecisiones y poca valentía que han acabado con cualquier posibilidad de reconstrucción.
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