miércoles, 23 de junio de 2010

Tengo cuatro alas.

Tengo cuatro alas, por si dos no me bastan. Tengo más motivos para tocar el cielo que el infierno, la balanza ha dado su veredicto mi destino es el infinito, y lo siento, porque me elevo hasta las razones que otros me dieron y yo nunca creí. Un abanico imposible de posibilidades que se alternan como una ruleta rusa de inmortalidad clandestina que hoy me dispara. Escondo en los albergues más mugrientos de mi alma la poca fe y el destino, que siempre se ha refugiado en la sonrisa más cruel, que cobarde por la espalda y durante la madrugada me recordaba lo que no podía ser. Ahora es ese momento llamado “algún día será” y cansada de no atreverme a entrar al tren que siempre pasa sin hacer paradas, hoy me aferro al eslabón ya no tan perdido que me une con mis sueños. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario